Patética

Posted by Perra Latosa | Posted in , , , , | Posted on 17:40

3

Hace unos meses coincidí en el club con una amiga de la infancia, con quien mantuvimos una relación bastante estrecha hasta avanzada nuestra adolescencia. Compartimos miles de pequeñas historias juntas, ninguna que sea digna de contarse, precisamente por ser pequeñas historias, de esas que cualquiera tiene.

Mientras conversaba con ella, pensaba en cuánto la vida nos había distanciado en ambiciones y metas cumplidas. Ambas soñábamos, como cualquier adolescente, pero en sintonías marcadamente distintas. Ella parecía felíz por haberse casado con el flaco con el que nos trepanó el cerebro contándonos tácticas, estrategias y afines para procurar (léase: forzar) el mágico encuentro (?) de cuya cristalización surgieron como producto dos pendejas insufribles y maleducadas que -como mami- también me trepanaban el cerebro pero al grito de "¡¡¡MAAAA!!!" acompañado del pedido del caso: sandwiches/hora/permiso para entrar a la pileta/para ir a la casa de fulana/etc.. Me sentí enormemente tentada de pedirles que se sumergieran bajo el agua por no sé...¿unos veinte minutitos, capaz?

 En algún punto nos volvíamos a reunir en la afinidad, solo que esta vez era en la falta de conciencia de nuestro estado de alienación. No pude evitar envidiar su capacidad de sumergirse tan profundamente en tanta "normalidad" sin rajarse un tiro. Parecía complacida incluso con ese presente, tan vacío de expectativas y ambiciones que excedieran ese rol de ama de casa/madre/felpudofamiliar, y no pude evitar recordar las "no-historias" que hemos compartido que tan repletas estuvieran de ellas y de las que sus protagonistas femeninas habían decidido partir sin aviso de retorno.

En esas épocas previas al desencanto de la adultez -o casi- y en las que la vida aún se nos hacía chicle, nuestro futuro era un poco más que incierto pero pleno de emociones idealizadas hasta el último detalle. Nos pasábamos las tardes de verano reunidas en su habitación gastando "Under a blood red sky" en el grabador de doble cassetera, practicando no sólo los pasos de moda  sino lo que mejor sabíamos hacer en ese entonces: cotorrear. Los temas centrales eran siempre los mismos: padres castradores, ropas, chismes y desde luego hombres (?). Precisamente, los principales protagonistas de estas "no-historias".

Cualquiera de ellas hubiera empalidecido sin dificultad al mejor culebrón. La sola mención de "me miró" disparaba una y mil conjeturas en torno a "ESA" mirada....




Al cabo de un rato ya habíamos hecho un detalle pormenorizado de todas las posibles significaciones que podía encerrar. No quedaba nada librado al azar, todo se premeditaba para anticipar las acciones y reacciones. Qué decir, que no decir, etc.

Entonces la cosa era más o menos así: "Fulanito me miró" y luego, todas conjeturábamos acerca de si esa mirada implicaba interés o no, intentábamos relacionarlas con el entorno y cualquier hecho (absolutamente irrelevante) que pudiera circundarla, para así determinar el posible interés del muchacho. Incluso, se sugerían técnicas para procurar despertarlo. 



Va de suyo, que no era cualquiera quien miraba, sino ESE chico que nos desvelaba, a quien espiábamos, o llamábamos para sólo escuchar su voz y luego cortar. 

Cuando ya se había concretado algún aprouch, las no-historias eran aún más ricas, ya que el destino de la pobre damisela en apuros estaba sumamente comprometido, entiendan: se devanaba entre el noviazgo y la tranza, de la que todas nos ocupábamos de definir ante la carencia de manifestaciones concretas del joven en cuestión (ergo, la víctima de turno). Lo dicho y especialmente, lo no dicho, tomaban un valor preponderante.

Casi nunca le pegábamos, y desde luego, ni el muchacho se parecía al ídolo de moda, ni era tan caballero ni tan amable como era descripto. La realidad era que seguramente él no tenía más intenciones que las palmariamente evidentes: chuponearse un rato con esa piba que estaba notablemente muerta por él y para no quedar mal con los compinches por dejar pasar semejante oportunidad.

Y aclaro que yo no creo que esto de entrelazar no-historias y entrelíneas sean patrimonio exclusivo de las chicas. Ellos también tenían lo suyo, pero sospecho que en realidad sus historias contenían más de acción que de romance. Pero en el mejor de los casos, y a juzgar por sus rostros con los que sólo podían levantarse a la mañana, nos empardaban en el arte de ficcionar.

Sí sí señores, éramos un proyecto de patetismo y el tiempo sólo nos demostró nuestra inmensa capacidad para convertirlo en una realidad. =)

Comments (3)

Jaaaaaaaaaaaaaaaaa XD.
Nah, mirá si las mujeres vamos a ser así de mongas ¬¬
Y decime, en los análisis de acción y reacción, no hacían cuadros sinópticos de las diferentes posibilidades? (no es que yo jamás lo haya hecho eh? :ninja:).
Ni qué decir que ante la necesidad de una excusa ante la ausencia una era capaz de matar al perro o enfermar a la madre; todo con tal de que las ilusiones prevalecieran en el "lógico" desglose del todo.
Y aún siglos y experiencias después, creo que una jamás se libera del todo de esa costumbre ;)

Yo tengo compañeros de la secundaria que han tenido algo similar, pero al punto que a mí me dan ganas de pegarme un tiro por ellos. Han entrado a trabajar con el padre y el hermano en el mismo comercio.

Posta, yo me mato.

Saludos!

Connecticut:

Por ahí de esa costumbre de ficcionar algunos sólo conservamos la creatividad (?) para poder sobrevivir la realidad.

Yo no sé en qué momento ocurrió, pero tengo la plena certeza que en alguno no muy definible (no, no voy a caer en la fácil de decir que fue cuando me casé :P) cayó un yunque sobre mis expectativas =S.

Quién sabe, por ahí eso es lo que nos permite continuar sorprendiéndonos. =)

Relato: Bienvenido!

Yo creo que si me hubiera visto a mí misma hace un tiempo atrás, también me hubiera rajado un tiro.

Besos!