Exploradora

Posted by Perra Latosa | Posted in | Posted on 15:21

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Las mareas del olvido y el desdén nos consumían lentamente. Las horas pasaban y ambos nos refugiábamos en los brazos de las letras, de la música, del conformismo, para despertar nuestras aletargadas almas. Yo no te busqué ni vos a mí, pero desde que nos cruzamos por primera vez, las distancias de los caminos y años recorridos por separado se diluyeron en esa primera mirada, en ese abrazo eterno. Allí supe que tu presencia tenía un sentido y un fin en mi vida: convertirme en exploradora.
  

Mis labios zarparan desde los tuyos e iran sin rumbo...a la deriva... deslizándose suavemente por tus aguas, hasta dónde mi boca los lleve o hasta que naufraguen, si y solo si, tus mareas prometen devolverme para emprender un nuevo viaje. Seguiré las señales que tus lunares marcan en el mapa de tu torso y en el que cada beso que dejaré, será un paso hacia la ceremonia circular que me daré en tu vientre y a resultas de la cual probaré que Galileo se equivocó, el Universo no tiene por centro el sol, sino tu ombligo.


Todo conspirará a mi favor: la noche que ha sido nuestra cómplice, dejará su más preciado atributo para que me guíe tu aroma, para que cada uno de tus poros se convierta en un mojón en el que podré recuperar mi aliento y jamás olvide que fue sin los ojos como empezamos a amarnos.

No lleves ropa. Que tu único equipaje sean las ganas de compartir la travesía conmigo.

 

Aterida

Posted by Perra Latosa | Posted in | Posted on 22:18

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No tengo trinos ni caramelos. Ni gatitos lindos que adoptar. No tengo un alma blanca. Tampoco la tengo en negro. Sueños a color. Un cepillo con largas hebras enredadas. Una estrellita agonizante. Otra que brilla a lo lejos. Un pretérito imperfecto. Un futuro en grado de tentativa. Tu nombre gritado al cielo. Una vez. Muchas. Un eclipse. Un conjuro.Una caja amenazante. Una débil esperanza. Una varita que no usé. Un intento de homicidio. Miles de excusas que no emplee. Mentiras que no sabré usar. Un mar de espera e incertidumbre. Un barquito de papel para enfrentar las tempestades en el océano de mi fragilidad.

No tengo nada más en mis bolsillos. Sólo el susurro de una larga noche en la que las ganas de abrazarte y de estar con vos se avalanzan desde el fondo dándome impulso. 

El frío me recuerda la desnudez que porto bajo el abrigo. No me queda nada a salvo de la luz para persudirte que es un trato justo por los bienes recibidos, para que te quedes conmigo, excepto la intensidad de la alquimia de un amor escrito en presente....

(Y la certeza que fue y es tan genuino, que su fuerza nos permitirá seguir conjugándonos a futuro...)