Silencio

Posted by Perra Latosa | Posted in | Posted on 13:01

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Desde siempre, cada vez que iba a algún restó, me entretuve observando las actitudes de las parejas concurrentes. Tan sólo contemplándolos, era fácil advertir quiénes se encontraban en los inicios de una relación en el que el interés común estaba presente,  quiénes se sometían en espera de una recompensa en especie, quiénes ya habían hecho los primeros palotes y quienes -a juzgar por el embole que enmarcaba sus rostros- ya tenían ganas de tomarse el palo...

Lo que sigue, es de ineludible mención:


"¿No los odias?, ¿esos silencios incómodos?. ¿Por qué necesitamos decir algo para rellenarlos?. Es por eso que sabes que has encontrado a alguien especial. Puedes estar callado durante un puto minuto y disfrutar del silencio"

"¿Por qué creemos necesario decir estupideces para sentirnos a gusto?"

Mia Wallace (Pulp Fiction)


Tanto hablar sobre presagios y no advertí que hace un tiempo, en el que fuera mi primer esbozo de blog, lo coroné con estas líneas extraídas del diálogo entre Vicent Vega y Mia Wallace, en la escena previa al concurso de baile en el Jack Rabbit Slim´s.

Obviamente no fue escogida al azar. Desde siempre compartí la molestia e inquietud de Mia, por encontrar alguien con quien los silencios no fueran algo incómodo que necesitáramos rellenar a fuerza de comentarios banales. Hubiera sido más simple proponerme encontrar alguien cuya compañía disfrute plenamente. Al fin y al cabo termina siendo lo mismo.
Uno no siempre anda con la cabeza repleta de genialidades para compartir, ni digo que sea necesario siquiera. Sería ir contra mis propios actos o alegar mi propia torpeza. 

Simplemente digo que hay ocasiones en que lo único que nos despierta nuestro interlocutor son comentarios estúpidos. Lo que a la vez revela cuan insípidos e intrascendentes para forjar un vínculo que supere la casualidad los consideramos. Tanto, que no le ponemos ni medio gramo de onda para procurar impresionarlos (?) para establecer o profundizar la relación del caso. A menos que eso se logre dando partes meteorológicos, de bienestar  y salud  (que comprende desde el peso, peinado y afines) o comportamiento de nuestras mascotas (en el caso de la mía, zafo siempre contando lo para el toor que se porta ¬¬) en una relación que en algún momento definí como ad-hoc. Tan sólo una pequeña muestra de cordialidad para hacer llevadero ese espacio de intimidad que nos impone la escasa dimensión del ascensor o superar el embole de una espera en común.

Visto la cantidad de situaciones de incomodidad que debemos enfrentar a diario, qué maravilloso que resulta cuando finalmente encontramos a alguien con quien compartir espacio sin necesidad de plagarlo de fonemas ilados por el absurdo o la complacencia; en el que cada quien puede estar sumergido en sus pensamientos y adentrarse en laberínticos ensueños sin sentir que al hacerlo pierde conexión con el otro. Esto vale para la amistad o el amor pues, si cualquiera de ellos está presente, las palabras dejan de ser el único medio de comunicación.

Contemplarse y hablarse tan sólo con la mirada. O no mirarse. La cuestión pasa  no sentirse obligado a la desambigüación que implica el dejar el cuerpo presente, mientras nuestra mente se escabulle en cada "Seee" pronunciado a sabiendas que lo que el otro espera es la confirmación de sus dichos, un presentismo  que la complacencia dicta. Así de previsibles se tornan las conversaciones en la rutina o cuando uno pierde el interés.

Pocos castigos más crueles pueden infligirse como cuando se utiliza el silencio. Porque cuando finalmente el silencio gana todas las esferas, cuando se asume que no hay nada más que silencio en el vacío de esa mirada,en la que esperamos que el amor nos rebote;  cuando éste es la única respuesta a una requisitoria que debería ser positiva y en la que es erróneo asumir que se otorga cuando se calla,  es tiempo de grabar el monolito que honre la memoria en conjunto.
Porque ya lo dijo Borges: "Lo contrario al amor no es el odio, sino la indiferencia".

Patética

Posted by Perra Latosa | Posted in , , , , | Posted on 17:40

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Hace unos meses coincidí en el club con una amiga de la infancia, con quien mantuvimos una relación bastante estrecha hasta avanzada nuestra adolescencia. Compartimos miles de pequeñas historias juntas, ninguna que sea digna de contarse, precisamente por ser pequeñas historias, de esas que cualquiera tiene.

Mientras conversaba con ella, pensaba en cuánto la vida nos había distanciado en ambiciones y metas cumplidas. Ambas soñábamos, como cualquier adolescente, pero en sintonías marcadamente distintas. Ella parecía felíz por haberse casado con el flaco con el que nos trepanó el cerebro contándonos tácticas, estrategias y afines para procurar (léase: forzar) el mágico encuentro (?) de cuya cristalización surgieron como producto dos pendejas insufribles y maleducadas que -como mami- también me trepanaban el cerebro pero al grito de "¡¡¡MAAAA!!!" acompañado del pedido del caso: sandwiches/hora/permiso para entrar a la pileta/para ir a la casa de fulana/etc.. Me sentí enormemente tentada de pedirles que se sumergieran bajo el agua por no sé...¿unos veinte minutitos, capaz?

 En algún punto nos volvíamos a reunir en la afinidad, solo que esta vez era en la falta de conciencia de nuestro estado de alienación. No pude evitar envidiar su capacidad de sumergirse tan profundamente en tanta "normalidad" sin rajarse un tiro. Parecía complacida incluso con ese presente, tan vacío de expectativas y ambiciones que excedieran ese rol de ama de casa/madre/felpudofamiliar, y no pude evitar recordar las "no-historias" que hemos compartido que tan repletas estuvieran de ellas y de las que sus protagonistas femeninas habían decidido partir sin aviso de retorno.

En esas épocas previas al desencanto de la adultez -o casi- y en las que la vida aún se nos hacía chicle, nuestro futuro era un poco más que incierto pero pleno de emociones idealizadas hasta el último detalle. Nos pasábamos las tardes de verano reunidas en su habitación gastando "Under a blood red sky" en el grabador de doble cassetera, practicando no sólo los pasos de moda  sino lo que mejor sabíamos hacer en ese entonces: cotorrear. Los temas centrales eran siempre los mismos: padres castradores, ropas, chismes y desde luego hombres (?). Precisamente, los principales protagonistas de estas "no-historias".

Cualquiera de ellas hubiera empalidecido sin dificultad al mejor culebrón. La sola mención de "me miró" disparaba una y mil conjeturas en torno a "ESA" mirada....




Al cabo de un rato ya habíamos hecho un detalle pormenorizado de todas las posibles significaciones que podía encerrar. No quedaba nada librado al azar, todo se premeditaba para anticipar las acciones y reacciones. Qué decir, que no decir, etc.

Entonces la cosa era más o menos así: "Fulanito me miró" y luego, todas conjeturábamos acerca de si esa mirada implicaba interés o no, intentábamos relacionarlas con el entorno y cualquier hecho (absolutamente irrelevante) que pudiera circundarla, para así determinar el posible interés del muchacho. Incluso, se sugerían técnicas para procurar despertarlo. 



Va de suyo, que no era cualquiera quien miraba, sino ESE chico que nos desvelaba, a quien espiábamos, o llamábamos para sólo escuchar su voz y luego cortar. 

Cuando ya se había concretado algún aprouch, las no-historias eran aún más ricas, ya que el destino de la pobre damisela en apuros estaba sumamente comprometido, entiendan: se devanaba entre el noviazgo y la tranza, de la que todas nos ocupábamos de definir ante la carencia de manifestaciones concretas del joven en cuestión (ergo, la víctima de turno). Lo dicho y especialmente, lo no dicho, tomaban un valor preponderante.

Casi nunca le pegábamos, y desde luego, ni el muchacho se parecía al ídolo de moda, ni era tan caballero ni tan amable como era descripto. La realidad era que seguramente él no tenía más intenciones que las palmariamente evidentes: chuponearse un rato con esa piba que estaba notablemente muerta por él y para no quedar mal con los compinches por dejar pasar semejante oportunidad.

Y aclaro que yo no creo que esto de entrelazar no-historias y entrelíneas sean patrimonio exclusivo de las chicas. Ellos también tenían lo suyo, pero sospecho que en realidad sus historias contenían más de acción que de romance. Pero en el mejor de los casos, y a juzgar por sus rostros con los que sólo podían levantarse a la mañana, nos empardaban en el arte de ficcionar.

Sí sí señores, éramos un proyecto de patetismo y el tiempo sólo nos demostró nuestra inmensa capacidad para convertirlo en una realidad. =)

Presagio

Posted by Perra Latosa | Posted in , , , , , , | Posted on 21:41

5

Estaba aburrida y me puse a revisar el escritorio de Blogger. Muchas veces me asaltan frases o reflexiones que por falta de tiempo o de inspiración suficiente en el momento no le doy cuerda, pero quiero tener la oportunidad de regresar a ellas. Sí, además de terapia extra, lo uso de ayuda memoria.

Me encuentro con una nota, sin publicar, de fecha 26 de abril del corriente año....
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"Platón y la que te parió"


Está bueno tener matices, pero tampoco a tal extremo que quedes indefinido eternamente, no si de relaciones amorosas se trata.


Acá dije que si había algo de lo que tenía certeza era de los finales, los presentía, los intuía...y me preparaba para lo que seguiría, no sé si está bien o mal, sólo sé que a mí me funciona no quedarme por mucho tiempo enganchada con cosas que son estériles y que sólo me generan incertidumbre. A veces es tan contundente mi pragmatismo, y la forma en que éste arriba, que me asusto de mí misma. 
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Al respecto, debo formular una serie de aclaraciones:

1) No, Platón no tiene la culpa de la frustración que portaba al momento de escribir esos párrafos.

2) A la distancia compruebo que la frustración que me llevara a insultarlo no era atribuible sólo a mi momentánea falta de inspiración y tiempo para continuar la idea.


3) El tema de fondo versaba sobre los amores platónicos o inventados que hacía retozar en mi mente para preservarla en vida. Completando con mi propia imaginación los espacios cada vez más amplios que el romance en mi vida real iba dejando. No, no tenía conciencia que lo hacía con ese fin. Me lo negaba. Tampoco tengo mucha conciencia o no estaría escribiendo esto.

4) Sigo asustándome de mí misma al encontrar estos indicios que,de haberle prestado oportuna atención, me hubieran ahorrado algunos disgustos si hubieran venido acompañados de la valentía para concretizarlos.

5) Pero más me asusta la idea del presagio que ronda en muchos post como éste.

6) Menos mal que no le presté atención, no me hubiera sorprendido tanto  con las serendipias y  aconteceres que sucedieron luego. ¡Y es de lo mejor que me ha ocurrido!

7) No fumé nada.

8) Ni consumí nada ilegal.

9) Vino tampoco.

10) No insistan en buscar alguna justificación a mi alienación, es natural.

Aclarado estos puntos, la idea que no me estaba develada  al momento de escribir ese borrador en el que hablaría de los romances platónicos que nos servían para oxigenarnos de tanto gris era que yo creía que el amor después del amor, no sólo era la canción pedorra de Paez, sino  un estado de quietud, de mansa espera  repleta de resignaciones,  respecto de las elecciones efectuadas "a perpetuidad".

"Acepto"

En "Abracadabra" y sin agotar todos ellos, hablé sobre el sentido que tenían para mí las palabras. Cómo había logrado descubrir la contundencia que tenían en determinado contexto.  Y en particular, el "Acepto" cuando es pronunciado ante un juez de paz y eventualmente, ante una autoridad religiosa.

Es tarde para los cuestionamientos. Sólo voy a acotar que el extravío del DNI debió haber servido de alerta  para que todas las dudas que ametrallaban mi cabeza fueran resueltas de otra manera. En fin. Nadie me preguntó nada y todos dieron por sentado que si yo estaba dónde estaba y pronunciando las palabras que pronunciaba, era porque no tenía ninguna o simplemente dedujeron que se trataba de una cuestión "de apuro por humo cocineril".  Mentira. Le tenía un terror de muerte. Sí, otro presagio.

"No sos vos, soy yo"

Era yo la que dudaba, pero también siempre fuí quien notoriamente tenía los patitos más desordenados en la fila. Nunca, ni aún siendo pequeña, peiné ponys y jugué a las muñecas pensando en el día en que contraería náuseas. 

No fue error de tipeo, ni una gracia pedestre, ya aclaré que las palabras para mí tienen todo un sentido y a veces varios. No pensaba ni en casarme ni en tener hijos, ni que contraería nupcias luego de contraer náuseas.


"Y fueron felices y comieron perdices"

Claro, pero cómo en "Después", nadie te dice que ocurre luego que se digieren las perdices...o te fumaste al  príncipe azul durante años.

Qué sucede cuando ya no surte más efecto el cuento de la casa, el auto y el perrito añadido a la familia tipo. Mi familia de procedencia era también "tipo"....


"Tipo cachivache" 

 Y no tenía brújula alguna que me permitiera vislumbrar qué sucedía cuando uno se adecuaba con paciencia y saliva, a un standard de pretendida normalidad. De manera que el amor después del amor pues, se transformó en aquello en lo que nunca me sentí a gusto, ni plena y en el que cada día iba colocando más y más cosas de mí en "zona de reserva", velando en tiempo propio, mi propia esencia para eludir conflictos.

Es que siempre tuve un problemita con el "deber ser" y  no  tenía  idea  cómo se piloteaba una relación normal (?).

A veces pienso si sería más felíz no cuestionándome todo. Lo intenté, eh? pero está a la vista que no lo logré y que la despersonalización que implica el ser "señora de"; "mamá de" más las actividades, rutinas, charlas pelotudas concomitantes, no han logrado satisfacer mi sentido de trascendencia del ser (!!!!), ni mi indómita impronta.

Me pregunto: ¿Por qué ahora y luego de meses insisten en preguntarme "¿Por qué te separaste?"?


¿Por qué casi todos daban por sentado que yo me casaba por amor y nadie me preguntó si me casaba por interés u otros y ahora, rozando cuando no zambulléndose de pleno en la desubicación más absoluta, sí lo hacen?

Porque la muerte, aún la simbólica como la de los sentimientos, nos gatilla el temor de tener que enfrentarla tarde o temprano y queremos estar preparados para ello. Quizás también busquen afirmarse lo bien que están en sus respectivas parejas e intentar vanamente no repetir recetas  que derivaron en el fracaso ajeno cuando todos sabemos que el cuero es el mejor maestro.....

Y ahora que veo la cara de la frustración al galope, merced al entrenamiento diario que tuve frente al espejo del botiquín,  compruebo que muchos simplemente conviven, pero la comunión del  espíritu y sentimiento la perdieron quién sabe cuando. Zombies.

Además por el morbo. Obvio.

No me la voy a tirar de remilgada, a mí también me gusta especular con esos detalles desde que me confieso morbosa.

Que si hubo cuernos, un chongo, chonga, me sodomizaba, sufría de disfunción erectil,  adicción alguna o varias, todo eso junto o separado. Cualquiera de esas alternativas parecieran justificar que un matrimonio colapse cuando el fundamento es tan básico y elemental que a nadie se le ocurre como primera opción y que simplemente surge al pensar que el proceso de una separación es inverso al que te lleva al matrimonio: el amor y la compatibilidad se deteriora hasta desvanecerse y ya nada te liga para sostener esa unión.

Pero como además de morbosa también me encantan los misterios, y todas aquellas cosas que nos permiten liberar nuestra imaginación para dirigirla al lugar que prefiera y crearnos nuestra propia ficción sabiendo que siempre la realidad lo va a superar. Y créanme...la superó.